La discapacidad intelectual no es una enfermedad sino una alteración cuya principal característica es un déficit de la función intelectual que limita la capacidad para aprender y adaptarse a la vida.
Esta discapacidad se manifiesta en la primera infancia o al inicio de los años escolares, cuando los adultos perciben cierta lentitud en el desarrollo de los marcadores esperados o por evidente dificultad para adaptarse a las demandas de la vida diaria, para entender y utilizar el lenguaje, para comprender conceptos generales o abstractos o para aprender contenidos escolares.
Las personas con deficiencia intelectual pertenecen a cualquier raza, religión y nacionalidad. Se les encuentra en poblaciones pequeñas, en las grandes ciudades y en zonas rurales.